El crédito hipotecario como dinamizador inmobiliario por excelencia – Alton Desarrollos


Alton Desarrollos
La baja en la inflación y la estabilidad del tipo de cambio están dando lugar a un nuevo ciclo de crecimiento en el mercado inmobiliario. En los últimos meses, esto se ha traducido en un notable aumento en las operaciones de compra-venta de propiedades usadas.
Solo en marzo se registraron 4.747 escrituras, lo que representa un incremento del 10,94% respecto a febrero y un 39,66% más en comparación con el mismo mes del año anterior.
Otro dato relevante es la reducción en los tiempos de venta: mientras que en 2020 una propiedad podía tardar en promedio 10,3 años en venderse, en marzo de este año ese plazo bajó a solo 1,8 años.
Este impulso positivo tiene como gran protagonista al Crédito Hipotecario. Además de acompañar la baja de la inflación y la estabilidad del dólar, el crédito está facilitando que muchas personas y familias puedan mejorar su calidad de vida: pasando de un monoambiente a un dos ambientes, o de un dos a un tres ambientes, e incluso a unidades más amplias. Para muchos, esto representa la posibilidad concreta de cumplir un sueño postergado.
Según el Colegio de Escribanos, actualmente el 20% de las escrituras en CABA se realiza con financiación hipotecaria, un dato significativo si se tiene en cuenta que hace solo un año el crédito prácticamente no existía.
El crédito, sin dudas, es un factor clave para dinamizar el mercado. Si la inflación continúa descendiendo y eso permite una reducción en las tasas de interés, es esperable que aumente la proporción de operaciones financiadas y, con ello, la cantidad de escrituras.
Sin embargo, este dinamismo aún no se refleja en el segmento de unidades a estrenar o en pozo. Por un lado, debido al exceso de oferta de propiedades usadas a valores más accesibles; por otro, porque el mercado de desarrollos todavía no cuenta con acceso al Crédito Hipotecario.
Ante este escenario, y frente al aumento de los costos en dólares durante el último año y medio, los desarrolladores estamos poniendo en juego creatividad y estrategias para mantenernos competitivos, ofreciendo alternativas de financiación propia que acerquen nuestros productos a quienes buscan viviendas nuevas con altos estándares de calidad y servicio.
Es fundamental que los desarrolladores recuperemos un rol protagónico dentro del mercado inmobiliario, para que el crecimiento de la oferta se sostenga en el tiempo y responda a las nuevas demandas.
La apertura económica y una eventual salida del cepo cambiario generan expectativas favorables en el segmento de pozo. Ya se empiezan a observar señales concretas: la baja de precios en productos nacionales como chapa, hierro, porcelanatos, hornos y anafes, entre otros, o la desaceleración de aumentos que antes parecían inevitables.
Estamos frente a un mercado que empieza a mostrar una dinámica diferente, más activa, donde todos los actores —desde proveedores de materiales hasta bancos, desarrolladores y aseguradoras— están empezando a reconocer la importancia de trabajar de manera articulada, consolidando una verdadera industria de la construcción sólida y sostenible.
En cuanto a los precios para el comprador final, el valor promedio del metro cuadrado en CABA sigue estando alrededor de un 25% por debajo del pico alcanzado entre fines de 2017 y principios de 2018, a pesar de que los costos de construcción se mantienen similares.
Recientemente, se ha registrado una suba del 10% en los precios, aunque de forma desigual según el barrio. Algunos economistas estiman que podría darse un incremento total del 40%, aunque sin un horizonte de tiempo claro, ya que dependerá de múltiples variables.
Más allá de cuándo y cómo se produzca esa recuperación de valor, lo esencial es que el mercado se mantenga activo, con una oferta y demanda en equilibrio, una industria en expansión que genere empleo de calidad, y con un acceso al crédito que permita a más personas alcanzar el objetivo de la vivienda propia.